La psicoterapia psicoanalítica en la infancia explora y trabaja las emociones, el comportamiento y el inconsciente de los niños(as) junto con cómo su entorno, familia y vivencias influyen en su bienestar psíquico y emocional. Algunos de los temas más abordados son: trastornos del desarrollo, dificultades emocionales, trastorno del sueño, problemas a nivel de conducta, en las habilidades sociales o en la alimentación, traumas o situaciones estresantes que resultan difíciles de enfrentar.
Niños
Adolescentes
Con los(as) adolescentes el trabajo psicoterapéutico se relaciona con el acompañamiento por el paso de la niñez a la adultez que deben transitar. En este camino surgen muchas preguntas, inquietudes y emociones nuevas que tienen que ver con lo familiar, lo social y amistades, la imagen, lo corporal, lo sexual y lo psíquico. Algunos de los motivos de consulta más comunes son: ansiedad, angustia, adicciones, problemas de comportamiento, problemas sociales y de identidad, depresión, trastornos alimenticios y lidiar con el duelo propio de su etapa vital.
Adultos
La psicoterapia orientada por el psicoanálisis en adultos es un proceso que busca que el(a) paciente hable de sus problemas y sufrimientos a la vez que surgen contenidos inconscientes que permiten comprender y provocar un cambio de posición subjetiva vital frente a las dificultades o elecciones que provocan este malestar. Quien acude a terapia tiene la posibilidad de escucharse y obtener un conocimiento de su vida, su historia y su forma de ser. Algunas de las cuestiones más habituales en consulta son: estrés, depresión, fobias, trastornos del sueño, dificultades sexuales, duelos, estrés post-traumático y malestares actuales.
Pareja parental
El foco de las consultas son las dificultades que los padres y madres pueden tener con la crianza, tanto en temas específicos del día a día de un niño(a) o adolescente, como en temas centrales que les están dificultando ejercer su función materna y paterna.
Los padres y madres que requieren de este espacio pueden convivir juntos o no, lo que los une y moviliza siempre es la idea de que el hijo(a) en común y ellos puedan tener una buena relación, abrir el diálogo y encontrarse.